L'ecole de Monjas A mi no me culpen... desde que tengo memory, mi vida ha estado rodeada de mujeres. En casa, en el colegio, en fin.... mujeres, mujeres y màs mujeres. Para mì era màs que normal acariciar y abrazar a mis compañeras del ecole Monjistico, obviamente no habìa ningùn termino castrador ni discriminatorio en mi pequeña cabeza... todo fluia naturalmente... como debìa ser. Incluso muchas veces me besaba en la boca con mis compañeras (las preferìa rubia... all the time).
Un dìa de aquellos maravillos 8 años de libertad, apareciò Sor Margarita. Era joven, de ojos azules, rasgos arios a cagar y escucharla cantar era como estar en el paraìso. Realmente una mujer angèlical con su toca y todo. Obviamente entre al coro. Pasaba mis horas extraprogramàticas con ella. Escuchaba todo lo que querìa decirme, aunque muchas cosas realmente no me interesaba. Y comenzamos a tener una petit relaciòn. Mi santo, mi cumpleaños... mis logros, siempre tenìan un regalo de ella... algo simple, hecho o escrito por sus manos. Un dìa, cuando las hormonas comenzaron a marcar mi cuerpo definitivamente y ya no era tabla como mis compañeras, sentìa bastante verguenza por las protuberancias que me salìan del pecho y comence a usar el pingui màs grande. Sor Margarita se dio cuenta de mi verguenza y despuès de su clase me pidio que la acompañarà a donde ella meditaba. Me pregunto muchas cosas...., me sentì muy nerviosa por su inquisidora mirada. Luego me puso su blanca mano sobre el corazon (cof... cof....sobre el pecho... detràs pero muy detràs el corazòn) y me dijo que no me debìa avergonzar... que era mujer, que ahora era mujer y que debìa estar orgullosa y no ocultarlo. Me sentì embriagada y sin darme cuenta mi mano se posò en su "corazòn". No recuerdo cuanto tiempo estuvimos asì, viendonos a los ojos con una ternura increìble. Sòlo recuerdo que el dìa siguiente llamaron a mi mamà a inspectorìa general y de ahì me fui directamente al psicoloco y tuve que ir a un colegio mixto. Sor Margarita se esfumò.... se esfumò hasta que un par de meses atràs la vi en la disco. Tenìa los mismos ojos, pero ya no usaba su "uniforme"... nos dimos esas miradas de "sè quien eres pero no te acerques". Es parte de la religiòn!
Un dìa de aquellos maravillos 8 años de libertad, apareciò Sor Margarita. Era joven, de ojos azules, rasgos arios a cagar y escucharla cantar era como estar en el paraìso. Realmente una mujer angèlical con su toca y todo. Obviamente entre al coro. Pasaba mis horas extraprogramàticas con ella. Escuchaba todo lo que querìa decirme, aunque muchas cosas realmente no me interesaba. Y comenzamos a tener una petit relaciòn. Mi santo, mi cumpleaños... mis logros, siempre tenìan un regalo de ella... algo simple, hecho o escrito por sus manos. Un dìa, cuando las hormonas comenzaron a marcar mi cuerpo definitivamente y ya no era tabla como mis compañeras, sentìa bastante verguenza por las protuberancias que me salìan del pecho y comence a usar el pingui màs grande. Sor Margarita se dio cuenta de mi verguenza y despuès de su clase me pidio que la acompañarà a donde ella meditaba. Me pregunto muchas cosas...., me sentì muy nerviosa por su inquisidora mirada. Luego me puso su blanca mano sobre el corazon (cof... cof....sobre el pecho... detràs pero muy detràs el corazòn) y me dijo que no me debìa avergonzar... que era mujer, que ahora era mujer y que debìa estar orgullosa y no ocultarlo. Me sentì embriagada y sin darme cuenta mi mano se posò en su "corazòn". No recuerdo cuanto tiempo estuvimos asì, viendonos a los ojos con una ternura increìble. Sòlo recuerdo que el dìa siguiente llamaron a mi mamà a inspectorìa general y de ahì me fui directamente al psicoloco y tuve que ir a un colegio mixto. Sor Margarita se esfumò.... se esfumò hasta que un par de meses atràs la vi en la disco. Tenìa los mismos ojos, pero ya no usaba su "uniforme"... nos dimos esas miradas de "sè quien eres pero no te acerques". Es parte de la religiòn!
1 comentario:
sos un plato petite Natty
chuiiickk!!!!
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