No sé que me pasa, pero desde un tiempo los locales straight me dan una soberana lata. Y no es por su oferta gastronómica, ya que éstos están a mil años luz de nuestros localcillos "straight gay" o "alternativos".
El sábado estuve en la despedida de este año de mi amiga Jo, más Madrileña que schilena, en el Toro de Providencia.
90% de los contertulios gay, que acompañabamos sus últimas horas en nuestro país al lado de su eterno novio.
Y ahí estabamos, en un ambiet un tanto frio, con bastante iluminación, sin conocer a nadie, sin nuestra moza querida y curiosamente encantados con nuevos rostros que no lucían para nada de "locas" o "camionas".
Cuando llegue al local, dos tipos que estaban en la barra se dieron vuelta, me sonrieron y con ojos de cordero degollado me siguieron hasta mi ubicación privilegiada. Lo mismo le pasó a mi Juani, de chaqueta blanca y camisa muy Zaza Dorelli, cuando una mesa llena de féminas no dejaron de mirarlo hotmente durante todo el tiempo que estuvimos allí.
En conclusión, eramos el grupo más entretenido. Tal vez porque llevamos el alma de "sufridas" //como dice una loca por ahí//, tal vez porque nos gusta hacer alarde de todo, tal vez porque en definitiva somos exhibicionistas, tal vez porque en grupo no le tememos al ridículo. O tal vez somos un "sofisticado" Team Gay que tiene poder al reunirnos.
Pasada las 1 de la mañana, cual Cenicientas, nos retiramos al dance. El Chardonnay hizo sus estragos. O sea hello!.... creo que el mundo que se encontraba en el Hijo del Toro debió haber pensado "que entretenido ser maricon"
POSDATA
1. En grupos grandes gay, me aburre los locales straight.
2. Sola con mi pareja, me da lo mismo
3. Con amigas straight... definitivamente no estoy ni ahí